Pietermaritzburg había sido, hasta ahora, coto privado de Nino Schurter. Sus participaciones se contaban por victorias. No importaba si se trataba de una Copa del Mundo o de un Campeonato del Mundo. El suizo sólo se permitió la licencia de ceder una victoria en este circuito en la carrera pre-Copa del Mundo del año pasado, perteneciente a las series nacionales de Sudáfrica. Pero cuando se trataba de eventos de primera línea mundial, Schurter, el rey de los rock gardens, era inalcanzable.
El recorrido de este año presentaba novedades. De hecho, eran senderos completamente nuevos en un alto porcentaje del recorrido. Nuevos saltos, nuevo rock garden, el clásico de siempre retocado y un circuito de flow, donde saber mantener la velocidad y hacer correr la bicicleta sobre el polvoriento y traicionero suele sudafricano.
Antes de esta cita todos los favoritos se habían puesto a punto. Las carreras UCI de todo el planeta habían visto desfilar a los aspirantes a enfundarse el primer maillot de líder de la Copa dela Mundo. En esta ocasión había dos aproximaciones a la carrera. La de los que venían de competir en la Absa Cape Epic, y los que llevaban todo el año de XCO.
El recorrido de este año presentaba novedades. De hecho, eran senderos completamente nuevos en un alto porcentaje del recorrido. Nuevos saltos, nuevo rock garden, el clásico de siempre retocado y un circuito de flow, donde saber mantener la velocidad y hacer correr la bicicleta sobre el polvoriento y traicionero suele sudafricano.
Antes de esta cita todos los favoritos se habían puesto a punto. Las carreras UCI de todo el planeta habían visto desfilar a los aspirantes a enfundarse el primer maillot de líder de la Copa dela Mundo. En esta ocasión había dos aproximaciones a la carrera. La de los que venían de competir en la Absa Cape Epic, y los que llevaban todo el año de XCO.
La carrera empezaba con el ritmo infernal desde el kilómetro cero marca de la casa de Nino Schurter. La táctica que le había servido para ganar siempre en este recorrido. Salida fulgurante y el resto a competir a la contra. Arañar segundos en los tramos técnicos y usarlos para dosificarlos en las subidas.
De salida se vio que Manuel Fumic y sus “baggies shorts” tenían el día inspirado. El alemán se soldaba a la rueda de Nino e incluso lideraba la carrera.
Entre los damnificados de la rápida salida estaba Julien Absalon que tuvo que lidiar con el intenso tráfico en el circuito antes de poder dar caza al dúo de cabeza.
Jose Antonio Hermida pasaba el 23º por meta en la primera vuelta. No hacía presagiar una gran carrera, pero apostar por Hermida es apostar a lo seguro.
Otro corredor que iba a ver su carrera marcada en la primera vuelta era Maxime Marotte. El francés se iba al suelo en el primer giro. A pesar de ello no se daba por vencido y ya en esa misma primera vuelta pasaba 11º por meta.
El plan de Nino Schurter parecía estar saliendo a la perfección. Entre zona y zona no faltaban las florituras sello Nino.
Con Absalon a su rueda empezaba el festival de ataques y contraataques entre ambos. Una vez más, Nino era capaz de arañar segundos en las zonas complicadas, y Absalon de recortarlos cuando los senderos eran hacia arriba.
Mathias Fluckiger tenía un papel destacado en las dos primeras vueltas y formaba parte del grupo delantero. Su carrera sería de más a menos para finalizar 8º.
En ese perfil de más a menos también se situaba Florian Vogel, que era de los corredores que besaba el suelo del circuitao. Llegando a rodar 4º acabaría 11º.
La batalla Schurter-Absalon se seguía librando vuelta tras vuelta con el mismo guión. Hasta que el tubular trasero de Nino empezaba a perder aire a medio recorrido. Era en la 5ª vuelta de 6 a realizar.
El de Scott rodaba como podía hasta la zona de box, donde se reincorporaba a la prueba en la 7ª posición. Aún tendría tiempo de hacer unos cuantos saltos más de cara a la galería y de remontar una plaza para acabar 6º.
Absalon, con el camino libre, se dirigía a ganar, por primera vez, en Pietermaritzburg. Los mejores tiempos de las tres últimas vueltas fueron del francés. 27 victorias en Copa del Mundo para él.
El francés, visiblemente más delgado que hace unas semanas en Banyoles, conseguía el maillot de líder que no pudo llevar el año pasado cuando una avería le dejó fuera de carrera liderando la 1ª prueba de la Copa del Mundo en Albstadt. Una victoria justa y merecida. Esta vez su BMC no falló.
Tras ellos Fumic tampoco fallaba, y esta vez no se venía abajo. Un celebradísimo segundo puesto para él.
La remontada de Marotte se consumaba en la penúltima vuelta, cuando se situaba 3º, posición que no abandonaría hasta meta. Sin la caída y los cerca de 20 segundos perdidos en la primera vuelta podría haber complicado las cosas a Fumic.
Ondrej Cink también tenía un rendimiento excelente. El checo ya no es una promesa y este debe ser el año de su confirmación en la elite.
5º, sensacional de nuevo, la gallina vieja que hace buen caldo. Hermida tuvo una progresión brutal en un circuito donde no era fácil adelantar. 23º, 16º, 10º, 7º, 6º y 5º final. Así fueron sus pasos por meta. Gracias a él los fabricantes de “cuernos” podrán seguir manteniendo sus fábricas una temporada más. Entraba a la estela de Cink (así le saludaba desde la línea) y Hermida tenía un gesto de recuerdo a Burry Stander.
Thomas Litscher redondeó la actuación del Multivan-Merida. La otra joven joya del equipo, ya recuperado de los problemas físicos que enturbiaron su temporada 2013, era 7º y remataba el gran triunfo en la clasificación por equipos de sus conjunto.
El Trek Factory Racing colocaba a sus dos corredores cerrando el top-10. McConnell 9º y Mantecón, en una gran carrera, 10º.
Cabe destacar la actuación del canadiense Raphael Gagne, 14º final partiendo el 42º, y que viene de hacer grandes cosas en sub-23 y junior.
Otro que está recuperado de sus dolencias es Ralph Naef. El suizo fue 12º.
Entre las decepciones, destaca el mal rendimiento de Marco Aurelio Fontana, 26º. El italiano no encontró explicación a sus malas sensaciones y buscará venganza en Australia.
Carlos Coloma, que partía 78º, llegó a rodar 22º en la tercera vuelta. Pero los pinchazos frenaron su progresión y acabó 37º. También acudirá a Australia a seguir sumando puntos UCI y mejorando su posición de salida.
En categoría femenina la temporada se presenta como un duelo final entre las últimas representantes de la vieja escuela biker, y las cada vez más consolidadas integrantes de la nueva generación.
Pietermaritzburg vio ganar, por primera vez, a una de las corredoras más espectaculares del circuito. Jolanda Neff.
Para la suiza, todavía en edad sub-23 pero ya corriendo con las élite, este era un circuito ideal donde sacar partido a su calidad técnica.
Neff marcó los mejores tiempos en las 5 vueltas de la carrera. A pesar de ello, su margen en meta no llegó a los 30 segundos.
De la nueva escuela a la vieja escuela. Gunn Rita Dahle ha visto la salida de todas las Copas del Mundo desde hace años. Casi desde los inicios del certamen. Tiene 41 años y es ciclista profesional desde 1995. La otra cara de la moneda comparada con Neff. Pues la noruega fue 2ª y aspira de nuevo a todo en la Copa del Mundo después de haber sido madre. Dahle, que no es especialmente favorable a los nuevos recorridos que se estilan en la Copa del Mundo, ha sabido adaptarse a todos los cambios en el deporte.
Maja Wloszczowska era 3ª con agradecimiento explícito a Óscar Saiz, que guía toda la parte técnica de los corredores del equipo Giant. La polaca parece volver a su mejor nivel tras la grave lesión que la dejó sinJuegos Olímpicos de Londres.
En la 4ª plaza la danesa Annika Langvad firmaba su mejor actuación en una Copa del Mundo de XCO. Ha sido campeona del mundo de bike-maraton y hace unas semanas arrasaba en la Absa Cape Epic. ¿Se puede pedir algo más?
El podio lo cerraba otra campeona mundial, en este caso de Eliminator. Alexandra Engen, dominadora de los Eliminator, tiene fondo para lograr subirse al podio en el XCO.
Sabine Spitz e Irina Kalentieva, veteranas del circuito mundial, eran 6ª y 7ª. La alemana se lesionó de gravedad en este circuito el año pasado. La rusa, fuera ya del Topeak-Ergon, competía con los colores de Rusia.
Julie Bresset, campeona mundial, empezaba con una 8ª plaza que se alejaba de sus expectativas iniciales.
Emily Batty era 9ª y Tereza Hurikova completaba el top-10.
En el capítulo de decepciones lo encabeza Tanja Zakelj. La ganadora de la Copa del Mundo de 2013 solo pudo ser 14ª. “No he tenido ritmo de carrera en ningún momento” explicaba en meta. Eso sí, llevó la única horquilla RockShox Rs-1 que había en carrera.
Las pruebas sub-23 tuvieron ganadores previsibles, pero también mucha acción.
Entre las chicas, el primer fichaje femenino del Scott-Odlo dio muestras de su buen estado de forma. Jenny Rissveds ganó y es la líder de la categoría. Tras ella entraba la francesa Perrine Clauzel, del BH-Suntour-KMC, que demuestra tener una gran cantera.
En chicos, tras una salida fulgurante el dúo de BH-Suntour-KMC formado por Sarrou y Koretzky se destacaba del resto.
Pero Koretzky volvía a tener problemas mecánicos (ya son varias las Copas del Mundo que ha perdido por ellos) y rompía la cadena. Aún con ello remontaba para ser 6º.
Jordan Sarrou, campeón de Europa de XCO, tenía el camino libre para ganar por delante del holandés Michiel Van Der Heijden. El británico Grant Ferguson completaba el podio.
FUENTE: ESMTB
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