El deportista extremo asturiano Juan Menéndez Granados ya ha completado la mitad de su travesía en solitario y en mountain bike sobre las aguas heladas del lago Baikal, en Siberia. En total, ha recorrido cerca de 400 kilómetros en las dos semanas que lleva en ruta. La superficie nevada del lago, las bajas temperaturas y el viento están siendo las principales dificultades a las que se está enfrentando.
Además, está agotando la reserva de víveres, pues las dificultades que está encontrando para avanzar le han impedido hasta ahora cumplir las medias previstas.
Menéndez Granados explica que las condiciones "están siendo muy duras. Durante las cinco primeras etapas encontré mucha nieve sobre la superficie helada del lago, algo que impide poder rodar con normalidad. Eso me obligó a empujar la bicicleta y todo el equipo que llevo durante muchos tramos, con un desgaste importante de fuerzas". Pero en las áreas sin nieve, la situación no es mucho mejor. El deportista praviano de 27 años explica que "el hielo limpio alterna con zonas de fractura por la dilatación de las placas, que son complicadas de cruzar. Además, este hielo no es una superficie lisa ideal, como cabría pensar. Al contrario, presenta ondulaciones e irregularidades que dificultan el pedaleo".
Otro de las importantes dificultades a las que se está enfrentando Juan Menéndez Granados es el viento. El expedicionario asturiano era consciente antes de partir de que "las aguas heladas del Baikal son una inmensa superficie plana donde iba a encontrarme literalmente a merced de los vendavales..." Y así ha sido. El pasado miércoles, por ejemplo, "me llevé un buen susto cuando fui alcanzado por una tormenta. Tuve que construir un muro con bloques de hielo para refugiarme y así todo se rompieron algunas varillas de la pequeña tienda de campaña que forma parte de mi equipo". Al viento debe añadirse además el frío, con mínimas que han alcanza los -25º C. No obstante, estas temperaturas glaciales son compañeras habituales en las aventuras extremas de Juan Menéndez Granados, como en su travesía desde Helsinki al Cabo Norte en 2008 o su ruta por las ice road (carreteras de hielo) del río McKenzie, en el ártico canadiense, durante 2009.
Las superficies nevadas y el viento han generado un problema añadido a la expedición de Menéndez Granados: los víveres. En condiciones normales, el deportista asturiano preveía recorrer en torno a los 50 kilómetros diarios. Pero esta meta está lejos de cumplirse. En el mejor de los casos, está realizando apenas 30 kilómetros por etapa, lo que rompe sus previsiones de alcanzar en 15 días la meta sin pasar por ningún punto de avituallamiento.
Pero reponer víveres no es tarea fácil en la zona del Baikal donde se encuentra, "un área escasamente poblada en la que uno no se encuentra un supermercado a la vuelta de la esquina", comenta con ironía.
Menéndez Granados prefiere no hacer previsiones de cuándo completará el recorrido, que finalmente va superar la distancia de casi 700 kilómetros prevista, "porque al ir buscando las zonas con mejor hielo me está obligando a alterar el itinerario previsto, lo que suponen más kilómetros. Esto no se puede hacer en línea recta". El deportista asturiano es consciente de que las condiciones meteorológicas y el estado en que se encuentre la superficie del lago serán determinantes.
Menéndez Granados afronta esta aventura sobre el lago Baikal con el patrocinio de Formastur, Sentido Común Internet, Dispal, Excmo.
Ayuntamiento de Gijón, Escuela Universitaria de Turismo de Asturias, Formación Técnica Logística, el taller de GPS, y el Excmo. Ayuntamiento de Pravia.
Como novedad, destacar el estreno del nuevo diseño web, en la que se está realizando el seguimiento en tiempo real de la "Baikal Lake Expedition":
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